Una «yo» me persigue por la casa de mamá. Es igual a mi, pero las dos somos lindas, con flequillo y una coleta. Corre con una energía pasional y violenta, como si me quisiera coger o matarme. Sonreía de una forma un poco aterradora. Yo corro hasta el baño y ella viene conmigo. Intento sacarme la ropa y bañarme antes que ella logre meterse a la ducha. Me desabrocho un saquito de hilo blanco con encaje en el borde y entro a la bañera. Ella me ataca riéndose, como si me quisiera violar. Trato de seguirle el juego para encontrar oportunidad de defenderme. Le muerdo la lengua.