23 de enero de 2024

Voy caminando con Panu por la esquina de Chile y Humberto Primo, y me dice que ya no me quiere, que de a poco quiere que nos separemos. Me lo dice con cariño pero sin amor. Yo me enojo, le pregunto si es joda, le cuestiono por qué no me lo dijo antes, que yo ando presumiendo tener la mejor relación, y ahora voy a tener que decirle a toda esa gente que nos halagaba, que todo era una mentira.

Estamos acostados en una cama, mirando al techo. Lo miro, me sonrío y le digo como afirmación, pero es pregunta: «Es mentira». Y me río, intento besarlo, pero él me corre la cara y me dice «Basta, Barchu, así va a ser peor». Él se va a comer con su papá, que es un hombre con la contextura de Daniel Agostini, viejo y de traje.

Me voy a lo de Trapa, juntada con mis amigas de internet. Nadie lo puede creer, la Trapa hace un crucigrama con títulos de canciones de los Redondos para distraerse, y todas dicen «Ya fue».

Pienso cómo se lo digo a mi mamá… Cómo se lo digo a todes… Cuando se entere la China lo va a matar, lo faja. Pero de qué serviría? Si alguien no te ama, no te ama. Siento un agujero en el pecho y no puedo parar de llorar.

Bárchufla
Bárchufla