Fuimos con mi vieja a Coto a comprar un teléfono inalámbrico. Vimos que había mucha cola en la sección de «Carnicería y Pescadería» así que nos acercamos a chusmear. -Mirá, má!! Dos kilos de filet de merluza a veinte pesos!! -. Mi madre se acerca a ver el cartel para poder creerme y verificar el estado del pescado corroborando de esta manera dicha oferta, entonces ambas notamos que también venden muy barato el cordero, el conejo y hay también un jabalí con una manzana en la boca.
De repente, como quien duerme la siesta y es provocado por una molestia en la naríz, noto un leve movimiento en el jabalí, e inmediatamente la codeo a mi mamá para que observe lo que yo. -Debe ser muy fresco y todavía está nervioso -.
Una señora regordeta adelante nuestro lo palmea en el lomo diciéndole: -Pumba, viejo y peludo nomá’!!! -. A lo que el animal se levanta enfurecido y empieza a correr a todos los clientes fuera del supermercado. Una vez a salvo dentro del auto, mi mamá me dice: -Sabés por qué pasan éstas cosas, hija?? Porque los jabalíes son muy creyentes y ponerle «Jabalí» a una marca de peines es blasfemia!!!-.