Estoy en una casa muy hermosa, es como esas casas de complejo que son todas iguales, pero nueva, con muebles y electrodomésticos nuevos, recién pintada. La casa funciona un poco como burdel. Está Susana Giménez, vieja, cogiendo con dos tipos. Luego no sé qué pasa, que la regenta del lugar nos dice que nos tenemos que ir todos. Le digo si puedo hablar con el dueño del lugar porque a mi me gustaría quedarme. Me dicen el precio y empiezo a pensar cómo podría reunir el dinero. Una vecina me ayuda y me regala muebles. Hay algo como semillas, espigas en el piso.