Voy a una escuela donde soy del grupo de las lindas. Es el inicio de clases y hay dos chicos que me tiran onda. Uno es de artes, se parece un poco a Dante Spinetta. El otro es de técnica, y se parece al segundo marido de la de Downton Abbey. Me gustan los dos, pero el de artes un día me agarra en un recreo y me mete un beso. Con el otro hay mucha onda, más romántica que sexual. Pero el de artes es re tóxico, me persigue por todos lados. Me gusta pero es re denso, así que me empiezo a esconder en lugares.
Tenemos que ir a una exposición fuera del colegio, y antes de llegar al lugar me encuentro con el de técnica. Me dice que le gusto, de una forma súper tierna, y nos quedamos charlando hasta que me doy cuenta que debería cortar con el otro porque me gusta más este.
En el camino ya aparece el tóxico, y me empiezo a escapar. Le digo “ya vengo” y me meto en lugares, en casas, en negocios, en un salón de fiestas infantiles, en patios de casas… Dejo mí cartera en un lugar seguro porque es azul y blanca, de mano, y es muy molesta para correr. Salgo de un lugar, y un japonés con mochila me saca una foto con flash. Corro y corro pero me alcanza y me dice que lo estaba ayudando al tóxico a encontrarme. Me lleva a una habitación que tiene el techo muy bajito, forcejeamos un poco y como su mochila es enorme y le cuesta moverse, me puedo zafar. Estoy a punto de escapar y aparece una amiga, me calma y me dice que tengo que hablar con el chico y decirle que no lo quiero ver más. Pienso en que con tanto recorrido no me acuerdo donde dejé mí cartera y quiero salir a buscarla.