Voy a un local, en un barrio re lindo. El piso de la vereda es de baldosas vainillita. Es de esos locales viejos, que tiene una puerta en el medio, con un escalón de mármol, y una ventana alta a cada lado. En la puerta hay unas sillas de caño plateado, con tapizado de cuero retro. Está Vir con otras personas. Hace frío, yo tengo el tapado rojo y mochila negra. Hablamos sobre qué nos vamos a llevar para comer, yo tengo un poco de arroz y me dicen que hay langostinos congelados. Preparo un tupper cuadradito, más alto que ancho y lo guardo en la heladera.
Entro y está toda la flia, la tía Alicia, la Lau, la tia Pochi, está Yani Colatto con un bebé recién nacido muy hermoso (juego con el bebé y se nota que me quiere), están mis primas Carla y Carolina con la tía Sandra. Todos me preguntan cosas sobre el viaje, me estoy yendo sola porque Panu trabaja aún. Va a venir después. Le digo a Vir si viene conmigo, me dice que si, que tiene que preparar algunas cosas. Leti y Ame me preguntan si me voy a separar, porque así saldría más. Les digo que no me voy a separar pero que voy a salir más. Se hace la hora de partir y Vir no está lista. Le digo qué hermoso sweater, me dice que es del outlet. Me tengo que ir igual. Mi viejo me pregunta si le tengo miedo al avión, que cuándo viene Panu conmigo, le digo que cuando termine de trabajar y que no me da miedo viajar sola, ya lo he hecho y es un trámite.
Me voy, llego a otro suelo y me llama Panu. Me dice que vuelva a buscarlo y nos vamos juntos de nuevo, porque Martín ya le dió salida y le regaló 1000 dólares. Cuando llego, Leti y Ame me preguntan si me siento distinta. Les digo que cuando pasé el túnel sentí que conectaba dos universos.